lunes, 16 de junio de 2008
7 países; 49 días; 17649 kms; He llegado a casa: GRACIAS DIOS!
15 de Junio de 2008. Hoy se ha realizado el último tramo de esta aventura que inicié el 28 de abril de 2008. Agradezco a los cientos de personas que en mi recorrido aportaron con sus indicaciones, con sus consejos, con sus mapas dibujados a mano, con alojamiento, con su compañía, con su conversación, con su palmada en la espalda para inyectar ánimos en momentos difíciles. Agradezco a quienes a través del blog me animaron a continuar el camino. GRACIAS A TODOS, anónimos y no anónimos, GRACIAS! GRACIAS DIOS!
En este trayecto se recorrieron 602 kms. desde Popayán hasta la puerta de mi apartamento en Bogotá. Diferentes climas, desde el extremo calor en Gualanday o Espinal, hasta el frío y la niebla en el Alto de La Línea, con lluvia extrema en el tramo de Cajamarca a Ibagué, con día soleado el resto del viaje. Lo blanco y lo negro, lo bueno y lo malo, lo feo y lo lindo. Llego a Colombia y me doy cuenta que nuestro país tiene los extremos en un mismo día, es el más verde y extremo de todos, tan verde o más que Brasil, pasar del extremo frio al extremo calor, Colombia es sui géreris, inclusive su variedad de gentes y culturas, pero todos caracterizados por ese calor humano, ese abrazo que se le da al extraño que llega, ese cariño que se le pone para hacer las cosas, la amabilidad extrema al recien llegado; así como su topografía abrupta, la fertilidad extrema, la producción agrícola de productos como la caña de azúcar en el Valle y Cauca, el arroz y soya en el Tolima, el Café y plátano en Quindío, la belleza de las haciendas y fincas cafeteras Calarcá, Armenia y alrededores, la abundancia de agua que permite instalar lavaderos de carros y camiones en la misma montaña donde nace el agua, a la vera la carretera. También las poblaciones a mi paso, ofreciendo los productos típicos o característicos, tales como los dulces y las gelatinas de Andalucía, los mangos de cosecha en El Espinal; en mi afán por llegar a Bogotá, no he entrado a las ciudades grandes como Cali, Ibagué, Armenia, Girardot o Fusagasugá. Solo lo hice en Palmira, donde desayuné con buñuelos, pandeyucas y café con leche. Allí el administrador de la cafetería, curioso al veme, me preguntó de dónde venía y qué se necesitaba para hacer un viaje largo, que junto con otros 3 amigos pensaban viajar a la costa atlántica colombiana. De alguna manera le dí ánimos y que solo requería de la voluntad de hacer las cosas y romper fronteras.
En las fotos predominará el verde, es el verde de Colombia, es el verde que invita a los extranjeros a venir, es la gente sencilla pero servicial, es la producción agrícola e industrial... es Colombia, un país en progreso constante. Algo que no vi en ningún país: los árboles a la vera de nuestras carreteras forman un techo, por debajo del cual el flujo vehicular, llegando a formar túneles completos y longitud considerable.
Mis hijos Diana y Paul y su madre, Anita, me han recibido con alegría y entusiasmo con una comida muy a mi gusto, un pastel de bienvenida una cantada del Feliz Cumpleños y un abrazo de felicitación por el día del padre, que celebramos hoy en Colombia. Diana, muy curiosa con tanta pregunta.
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¡Hasta luego Suramérica!!! Buenas Tardes Colombia!
Junio 14 de 2008. Hola queridos lectores. mi viaje hoy se hizo desde Ibarra, Ecuador hasta Popayán, Colombia, obviamente pasando por el Puente Internacional de Rumichaca. Han sido 135 kms. desde Ibarra hasta la frontera màs 335 kms desde la frontera hasta la ciudad de Popayán a la que he llegado cerca de las 6 de la tarde. Se ha hecho una parada en la localidad de Tulcán de mala recordación por el autor ya que allí no querian vender la gasolina por "ser colombiano" a raíz de los problemas presentados a nivel entre el Presidente Correa y el Presidente Uribe. Una bonita iglesia o templo azul con blanco, llamaron mi atención. Yo pensaba que tulcán por ser fronterizo con Colombia, tendría gran circulación comercial de mercaderías como suele ser en estas condiciones, pero no había tal, o por lo menos no lo percibí a pesar de ser un día sábado a media mañana. Salí hacia Rumichaca, sabiendo que volveria a Colombia y que ya no tendría que hacer cambios de divisas. Hice la migración normal y la sellada de la libreta de pasos por la aduana de la moto. Como suele ocurrir, se ha presentado una demora. Pasé luego el Puente y a hacer la migración en en DAS colombiano y registrar el ingreso de la moto de vuelta a Colombia. Después de las demoras, salgo para la ciudad de Cali, pero la topografía y el alto flujo de transporte de cargo impedían cumplir esta meta. Como lo habrán notado, desde que entré a Perú he viajado con afán y la razón es simple pero importante: existe una convocatoria de trabajo en la cual puedo participar y se requiere mi presencia allí.
He llegado a Popayán y la ciudad se está preparando para la vida nocturna. Decenas de jóvenes se reunen a la entrada de los sitios de esparcimiento. La búsqueda de alojamiento no ha sido problema ya que en el centro histórico hay muchas opciones y de diferentes precios. También la sesión de fotos nocturna no podía faltar sobre la llamada Ciudad Blanca, turística y muy llamativa aunque para mi gusto muy monótona en su color. No podía faltar una cena con base de pescado de mar y muy a mi gusto, ya que en los demás países, aunque había pescado, aparte de la trucha, no dejaba de faltar ese sabor que tiene Colombia, muy intenso, muy vívido... hasta la sal sabe más salada!
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