El viento era espantoso. TUVE que hacer equilibrio para poder tomar las fotos. El mar del Rio de la Plata es muy bravo en esta época y ventea como si el mundo se fuera a acabar... al final el viento me dio media vuelta y caí mordiendo el polvo brasileiro, jeje... bueno, ya estoy muy acostumbrado a las caidas, de todas clases y colores, pero lo mejor de las caidas es la levantada, con la frente en alto, algo aporreado pero bien.
Pasé por un pueblito pesquero, pintorezco y lindo de Uruguay; allí más de una vez casi me caigo tomando las fotos. El viento era como de 40 km/hora. Estoy escribiendo esta historia desde Hostel Paudimar en Foz de Iguacu (BRASIL) y el internet es muy lento, así que no esperen muchas fotos, o tal vez ninguna, por ahora, pero les prometo que están muy buenas.
Mas bien quiero que sepan (y algunos se alegrarán, jeje) que me caí sobre la mano derecha y tuve una inflamación tal que tuve que bendarme la mano y aplicar pomada verde, jeje. Al otro dia amaneció igual, pero no importa, la mano inchada también se goza el paseito... qué chiste tiene un paseo sin una mano inchada? Ninguno!
También les cuento que la migración en el lado uruguayo no tuvo novedad, fue muy rapido en Chuy(UR), PERO EN CHUI (BRASIL) MUCHO PAPELEO... para Rosita un permiso especial por 30 dias al cabo de los cuales si no ha salido de Brasil le pondran una multa, jeje Y pensar que Rosita es brasileira y aqui la tratan de extranjera... con las caidas Rositá también resultó con el tanque de gasolina levemente undido, así que ya no le entra la misma gasolina que antes.
También les cuento que la ciudad limite entre Uruguay y Brasil solo esta separada por una avenida, no hay puente ni nada, solo una avenida. Este lado sur de Brasil por esta época es muy frio y en las noches es necesario buena dosis de cobijas o arroparse con un par de brasileras bien acuerpadas, para no sentir el frio. De Piriapolis a Chuy fueron como 270 kms y de ahí en adelante todo era incertidumbre, el idioma, la gente, los costos... pero al final del dia hice una parada para abastecer combustible en una Texaco y sorprendido vi que alí habia hotel, y era un hotelito como bien, todo limpio, agua caliente, televisor, dos camas para escoger, el bano separado, pero muy limpio... además me dieron un churrasco con una guaraná y un cafecinho por 4 reales, jeje, además me regalaron un cepillo dental Colgate, a Rosita la guardaron muy bien en una de las vitrinas de exhibición... en fin, para ser el primer dia en Brasil nos fue de maravilla.
En una de las estaciones de gasolina conocí a un argentino que me preguntaba si yo llevaba esmeraldas de Colombia, pero obviamente no tuve esa idea antes de salir... Gustavo, le escribiré y quién sabe, algun dia, alguna esmeralda... jeje
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