25 de mayo de 2008. Este viaje fue especial, tuvo una diferencia y es que conoci a Pablo en la ruta, él se dirigia a Caxias do Sul, que era la misma ruta y me acompaño por mas de 200 kms. Además me indicó como recortar algo así como 100 km, tomando la sierra del sur de Brasil para llegar a Foz de Iguazu más rápido.
Esta trayecto fue demasiado saturado de clorofila, Brasil es tan verde, tal vez más verde que Colombia y eso es mucho decir. Como su bandera, verde por todas partes, muy fertil, grandes extensiones de cultivos a pesar del frio que hace por estos dias.
Recorrimos con Rosita 449 kilómetros de bellos paisajes verdes: pasando por un lado de PortoAlegre, ya que por referencias de muchas personas sugirieron que no entrara porque estaban robando muchas motos... entonces Porto Alegre se quedó sin conocer a los colombianos visitantes, jeje. Aunque era domingo y los ladrones estarian durmiendo, la prisa de Pablo y su compañía hicieron que no entraramos a Porto Alegre, y solo obtuve una foto lejana de su perfil, tomada desde un puente en la circunvalar. Pasamos por muchos pueblitos pintorezcos, con sus casitas todas lindas y bien pintadas con colores alegres y contrastantes.
Ya en el anochecer llegamos a Veranópolis, ciudad de la longevidad, buscando una posada, pero la única que habia estaba clausurada y nos enviaron a Vila Flores, en el convento de los capuchinos que ellos tenian habitaciones dispobibles.... pues antes de llegar allí, a Rosita se le salió la cadena de arrastre por demasiado estiramiento durante el viaje... ni modos, era necesario montarla nuevamente, tensionarla y seguir a Vila Flores, antes de anochecer. Improvicé unas piedras para poder levantar a Rosita, y en 45 minutos ya estaba todo listo. 8 kms despues llegamos a la Posada Dos Capuchinhos, donde habia un ambiente de seminario y fuemos muy bien atendidos e instalado en una habitacion con dos camas, muy nuevo y limpio todo, caon bano y agua caliente, sin television, jeje. Además se incluia el desayuno en el precio por la noche, 25 reales.
En el estacionamiento de dos Capuchinhos, tuve un resbalón sobre la grava y en menos de 1 segundo ví estrellitas, todo se me puso blanco pues caí de espaldas y sobre el concreto me golpee la cabeza... afortunadamente soy cabeza-dura y no tuve fractura, solo un dolor y nada más que se me pasó con una pastilla. Salí a comer una especie de hamburguesa pero con más cosas, salami, queso, ensalada, salsas, todo aplanado y compacto y me fui a dormir, con todos los santos del Seminario, bien resguardado del mundano y cruel mundo...
Esta trayecto fue demasiado saturado de clorofila, Brasil es tan verde, tal vez más verde que Colombia y eso es mucho decir. Como su bandera, verde por todas partes, muy fertil, grandes extensiones de cultivos a pesar del frio que hace por estos dias.
Recorrimos con Rosita 449 kilómetros de bellos paisajes verdes: pasando por un lado de PortoAlegre, ya que por referencias de muchas personas sugirieron que no entrara porque estaban robando muchas motos... entonces Porto Alegre se quedó sin conocer a los colombianos visitantes, jeje. Aunque era domingo y los ladrones estarian durmiendo, la prisa de Pablo y su compañía hicieron que no entraramos a Porto Alegre, y solo obtuve una foto lejana de su perfil, tomada desde un puente en la circunvalar. Pasamos por muchos pueblitos pintorezcos, con sus casitas todas lindas y bien pintadas con colores alegres y contrastantes.
Ya en el anochecer llegamos a Veranópolis, ciudad de la longevidad, buscando una posada, pero la única que habia estaba clausurada y nos enviaron a Vila Flores, en el convento de los capuchinos que ellos tenian habitaciones dispobibles.... pues antes de llegar allí, a Rosita se le salió la cadena de arrastre por demasiado estiramiento durante el viaje... ni modos, era necesario montarla nuevamente, tensionarla y seguir a Vila Flores, antes de anochecer. Improvicé unas piedras para poder levantar a Rosita, y en 45 minutos ya estaba todo listo. 8 kms despues llegamos a la Posada Dos Capuchinhos, donde habia un ambiente de seminario y fuemos muy bien atendidos e instalado en una habitacion con dos camas, muy nuevo y limpio todo, caon bano y agua caliente, sin television, jeje. Además se incluia el desayuno en el precio por la noche, 25 reales.
En el estacionamiento de dos Capuchinhos, tuve un resbalón sobre la grava y en menos de 1 segundo ví estrellitas, todo se me puso blanco pues caí de espaldas y sobre el concreto me golpee la cabeza... afortunadamente soy cabeza-dura y no tuve fractura, solo un dolor y nada más que se me pasó con una pastilla. Salí a comer una especie de hamburguesa pero con más cosas, salami, queso, ensalada, salsas, todo aplanado y compacto y me fui a dormir, con todos los santos del Seminario, bien resguardado del mundano y cruel mundo...
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